El Dalai Lama nos dice: “Opino que el objetivo mismo de la vida es ser feliz.” La mayoría de la gente estaría de acuerdo con esta afirmación, y sin embargo muchos de nosotros no experimentamos la verdadera felicidad. ¿Por qué y qué podemos hacer? La respuesta puede estar en que tu nivel actual de conciencia no puede comprender la posibilidad de una mayor felicidad. El cineasta y filósofo David Lynch tiene una manera excelente de describir cómo funciona la expansión de tu conciencia amplía tus horizontes. 

Dice que imagines tu vida con una conciencia del tamaño de una pelota de golf. Cuando leas un libro tendrás una comprensión de lo escrito del tamaño de una pelota de golf. Si miras por la ventana, tendrás una conciencia de la belleza de la naturaleza del tamaño de una pelota de golf. Cuando te levantes de la cama por la mañana experimentarás un despertar del tamaño de una pelota de golf. Ahora vea lo que ocurre cuando esa conciencia del tamaño de una pelota de golf se expande hasta alcanzar el tamaño de un hermoso globo aerostático: Lee el libro y obtendrás Más Comprensión; mira al exterior y tendrás Más Conciencia; despierta y sentirás Más Vigilia. Lo que quiere decir es que a medida que tu conciencia evoluciona y crece, te abres a experiencias cada vez mayores en todos los ámbitos de tu vida. Esto incluye tu nivel de felicidad, que puede aumentar desde una cantidad limitada de satisfacción (¿del tamaño de una pelota de golf?) hasta sentimientos de alegría mucho mayores y más profundos.  

Una forma excelente de expandir tu conciencia es a través de la práctica de la visualización, que combina el enfoque de la meditación con la magia de tu imaginación. Empieza con una meditación sencilla para aquietar la mente y utiliza ese espacio de paz para dar rienda suelta a tu imaginación. Deja que cree una visión de la hermosa vida que deseas. Puedes imaginar un acontecimiento positivo concreto o simplemente una sensación general de felicidad y despreocupación. A medida que te concentres en esta visualización, poco a poco te parecerá más real y empezarás a experimentar lo que se siente en la vida imaginada que has creado. Esto abre tu conciencia a nuevas formas de pensar y de ser que están más allá de las limitaciones de tu viejo sistema de creencias, y a mayores posibilidades de felicidad verdadera.

Un buen ejemplo de ello es lo que piensan los atletas olímpicos justo antes de competir. Millones de personas estarán pendientes de este acontecimiento, por lo que podría ser natural pensar en todas las cosas que podrían salir mal y en cómo evitarlas. Pero los mejores atletas saben que nunca deben visualizar los errores, porque imaginar un mal rendimiento aumenta la probabilidad de que ocurra. Por eso, la mayoría de los atletas de élite están entrenados para visualizarse a sí mismos ganando el partido, corriendo la carrera más rápida o marcando el punto ganador. Cuando lo hacen, sus posibilidades de éxito aumentan drásticamente.

La ciencia que hay detrás de la visualización se basa en la creación de nuevas vías neuronales en tu mente. A medida que sigues visualizando las cosas que quieres en tu vida, tu cerebro absorbe estas imágenes mentales de la misma forma que lo haría si las hubieras experimentado realmente. De este modo, tu mente se familiariza con estos sentimientos positivos y está preparada para aceptarlos cuando se presenten. La visualización es una forma de practicar lo que se siente al experimentar lo que quieres en tu vida. Cuanto más te concentres en que ocurran cosas buenas, más las descubrirán tu mente y tu cuerpo en la vida real. Visualizar activamente cómo quieres que se desarrolle tu vida expande tu conciencia para que sea capaz de comprender una mayor alegría y plenitud. Tu imaginación se convierte en el puente entre el mundo limitado en el que tu mente estaba atrapada y las infinitas posibilidades que te esperan.