Un francés anónimo que ganó 200 millones de euros en la lotería ha decidido utilizar sus ganancias para conservar y revitalizar la Tierra. Podría haber gastado el dinero en mansiones, yates, coches caros, etc., pero en cambio ha creado una fundación llamada Anyama. Ha escrito una carta abierta en la que explica por qué utiliza su premio de esta manera. "El fondo de dotación Anyama es el resultado de mi deseo de toda la vida de actuar en favor de la naturaleza y los seres humanos. Mi sueño nunca ha sido adquirir barcos, castillos o coches deportivos, sino ser útil y dar sentido a este dinero, con el máximo impacto positivo. Eso es lo que estoy haciendo al crear Anyama, que actúa en beneficio del bien común de todos con una consigna: proteger a los vivos. Esta es para mí la urgencia de nuestro tiempo, y sin duda es en pro de las generaciones futuras por muchos años". 




El objetivo de la fundación es la conservación de los bosques y la revitalización de la biodiversidad, además de apoyar la importante labor de quienes cuidan de los enfermos y los ancianos. El generoso ganador ya ha entregado la mayor parte del dinero a la fundación, y lo hará "progresivamente".