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Las “granjas de cuidado” holandesas

Por Jerry Brownstein

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Publicado en Ibicasa Magazine el 12/10/2022 Sharing Link

Cuatro días a la semana, Paula, de 81 años, va a trabajar a una granja cerca de Rotterdam. Dependiendo del día, puede dar de comer a las gallinas, ayudar en las tareas domésticas o preparar almuerzos calientes. En muchos aspectos, Boerderij Op Aarde (Granja en la Tierra) se parece a una típica granja de trabajo holandesa, pero con una diferencia clave: Paula y la mayoría de sus compañeros tienen demencia. Esta es una de las cientos de "granjas de cuidado" holandesas que son gestionadas por personas que se enfrentan a una serie de enfermedades o retos, ya sean físicos o mentales. Estas granjas proporcionan un trabajo significativo con una filosofía sencilla: en lugar de diseñar los cuidados en torno a lo que las personas ya no son capaces de hacer, los diseñan para enfatizar lo que todavía pueden lograr. "No nos centramos en lo que falta, sino en lo que todavía es posible", dice Arjan Monteny, cofundador de la granja.



Este tipo de cuidado activo puede ser muy beneficioso, tanto física como emocionalmente. Las personas con demencia suelen estar aisladas y ser menos activas, por lo que el entorno de la granja les proporciona movimiento físico e interacción social. Las granjas de cuidado también dan a los participantes un sentido de propósito, al permitirles la oportunidad de hacer contribuciones significativas al funcionamiento de la granja. En los entornos tradicionales de atención a la demencia, la atención suele centrarse en la prevención de riesgos. Suele haber un programa fijo de actividades sencillas, como juegos o películas, y la única opción que tienen los asistentes es participar o no. En la granja pueden elegir qué tareas van a realizar, y eso es importante, porque las personas con demencia no tienen muchas oportunidades de tomar decisiones en su vida.



Hay unas 400 de estas granjas de cuidado en los Países Bajos y la mayoría de ellas incluyen participantes de todas las edades que tienen necesidades distintas de la demencia. Este sistema tiene sus retos y no es una buena opción para las personas con demencia avanzada. Pero un estudio reciente entrevistó a miles de personas con demencia de inicio temprano y descubrió que la mayoría de ellas desean participar en la sociedad. A Monteny le inspira el hecho de que, para los que aún son capaces, "la constatación de que les gusta hacer un trabajo útil y ser valorados como contribuyentes, es realmente importante".







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