Algunas personas encuentran su pasión a una edad temprana y, si esa pasión es lo suficientemente fuerte, son capaces de seguir con ella en las buenas y en las malas. Puede que no todo vaya siempre sobre ruedas, pero la determinación de seguir haciendo lo que aman les hace seguir adelante. El padre de Gypsy Westwood es fotógrafo, y cuando le regaló a su hija una de sus cámaras, le abrió un mundo nuevo. Ése fue el comienzo de un largo camino que finalmente llevó a esa joven a convertirse hoy en la fotógrafa de bodas por excelencia de Ibiza.

Los padres de Gypsy eran espíritus artísticos libres que dejaron Inglaterra a mediados de los 70 para formar parte de la ecléctica comunidad de expatriados de Ibiza. Vinieron con su hijo Jake y una hija aún en el vientre de su madre. Poco después de instalarse, Gypsy nació en la maravillosa y salvaje Ibiza de aquellos años. Su padre era fotógrafo y su madre una creativa diseñadora de ropa, así que Gypsy creció rodeada de artistas y de esa energía de espíritus libres de Ibiza. Era el entorno perfecto para expresarse en muchas áreas creativas, especialmente con su preciada cámara.

A los 15 años llegó el momento de explorar ese talento a un nivel más profundo asistiendo al Fine Arts College de Londres. Gypsy creció en ese entorno que hizo que su pintura, dibujo y otras habilidades alcanzaran nuevos niveles. Pero la cámara seguía siendo su mejor amiga, así que al graduarse comenzó como ayudante de su padre y de otros fotógrafos profesionales en Londres. Allí perfeccionó su talento y su confianza en sí misma aprendiendo a utilizar su creatividad en un entorno comercial práctico. Tras viajar durante dos años, Gypsy regresó a Ibiza, pero las oportunidades para una fotógrafa principiante eran escasas y el único trabajo que encontró fue el de “fotógrafa de vacaciones”: ir a restaurantes y preguntar a los clientes si querían hacerse una foto, lo que significaba ir de mesa en mesa con la expectativa siempre presente de pasar vergüenza y ser rechazado.

El trabajo en el restaurante fue una verdadera prueba de si Gypsy perseveraría en su pasión. Podría haber cedido y haberse conformado con una carrera más segura, pero prefirió seguir haciendo lo que le sale del corazón. Cada posibilidad de hacer fotos, ya fuera de gente en un restaurante o en la hermosa naturaleza de su querida Ibiza, daba a Gypsy la oportunidad de desarrollar el dominio de su oficio, pues la maestría artística no siempre se traduce en éxito comercial. Para eso hace falta mucha perseverancia, y quizá un poco de suerte.

Gypsy es una persona perseverante que también se benefició de una famosa sabiduría que se atribuye a Winston Churchill: “La suerte es el residuo del diseño”. Esto significa que la “suerte” suele llegar a quienes se ponen en situación de poder aprovecharla cuando surgen buenas oportunidades. Así que cuando Ibiza se convirtió de repente en el lugar donde parecía que todo el mundo quería celebrar su boda, Gypsy estaba perfectamente preparada para adentrarse en la nueva carrera que le esperaba: Fotógrafa de bodas líder en Ibiza. Imagino que muchos fotógrafos saltaron ante la oportunidad de formar parte de este tsunami de bodas, pero fue Gypsy Westwood quien llegó a lo más alto.

Los años de desarrollo de su talento artístico y profesionalidad se fusionaron con su sensibilidad natural y su amor por Ibiza para crear magia fotográfica. ¿Qué hace a Gypsy tan buena en esto? Se entiende mejor con sus propias palabras: "Relajada, bella, suave, femenina, natural, documental y cándida. Llena de sentimientos, orgánica y real. Éstas son todas las palabras que han descrito mi fotografía de bodas en Ibiza. Me fascina estar con alguien y observarlo. Poder dibujar su belleza y encontrar su verdadero carácter".

La carrera de Gypsy siempre ha estado ligada a su amor por Ibiza y su belleza atemporal. A lo largo de los años ha tomado innumerables fotos de los lugares más memorables de la isla, y ahora comparte algunas de sus imágenes favoritas con el público. El título de la web, “A Love Like No Other” (Un amor como ningún otro), es todo un acierto. Habla de las muchas personas que han experimentado la energía especial de Ibiza, personas que sienten amor por la libertad, la belleza y la magia de nuestra isla. Es una oportunidad para que todos los que han tenido estos sentimientos, los revivan cada día.

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